El día 6 de mayo de 1862 regresó a Puebla el Coronel O'Horan que había sido destacado cuatro o cinco días antes con 1,500 hombres, para perseguir a Márquez, quien andaba con una fuerza por el rumbo de Matamoros Izúcar.
El día 7 se nos incorporó el General Florencio Antillón con la Brigada de Guanajuato, compuesta de 3,000 hombres. En esa misma tarde se nos mandó salir a formar en batalla en el campo, haciéndole frente al enemigo, quien en el acto emprendió su marcha hacia Amozoc, recibiendo nosotros en seguida, órdenes de volver a nuestros cuarteles de la ciudad.
Permanecimos dos días más en Puebla, durante los cuales se dieron algunas órdenes para la nueva organización de un Cuerpo de Ejército y en seguida emprendimos la marcha en persecución del enemigo, marcha muy penosa para él, porque las lluvias habían puesto muy difícil el camino, y a él le hacía falta ganado para su tren, que se hacía mas pesado por el gran número de heridos que llevaba.
Seguimos la persecución sin que hubiera incidente notable hasta que el enemigo pasó las Cumbres de Acultzingo, quedando nosotros en la Cañada de Ixtapa y San Andrés Chalchicomula por algunos días, esperando a la División de Zacatecas, mandada por el General Don José González Ortega.
Con objeto de impedir la incorporación a los franceses de las fuerzas de Márquez que se dirigían a Orizaba, el General Zaragoza mandó al General Tapia con una Brigada para que lo batiera. El General Laurencez envió a proteger a Márquez, el 99° de línea del Ejército francés, a las órdenes del Mayor Lefevre, y el General Tapia fue derrotado en Barranca Seca el 18 de mayo de 1862, entrando Márquez en seguida a Orizaba.
Antes de que la División del General González Ortega se incorporara en San Andrés Chalchicomula a nuestra columna, que era la que mandaba el General Zaragoza, recibió órdenes de pasar la pordillera por Perote, para salir al norte de Orizaba por el rumbo de la Perla y tomar el ramal de la sierra que remata en el Cerro del Borrego, que domina a tiro de fusil la ciudad de Orizaba, con orden de permanecer allí sigilosamente en la noche, hasta que nuestra columna, que había pernoctado en la Hacienda de Tecamiluca, y el ingenio, cercara la ciudad por la garita de México y por el camino de la fábrica de Cocolapan. Entonces la División de Zacatecas debía atacar por el norte y occidente, descendiendo del cerro y desde el mismo cerro con su artillería.
En la noche del 13 al 14 de junio de 1862, la División de Zacatecas había sido descubierta y desalojada en la madrugada. Después de amanecer el día 14, orgullosos los franceses por la fácil victoria que habían alcanzado en el Cerro del Borrego, luego que descubrieron nuestra línea de batalla que había sido formado al abrigo de la obscuridad, comenzaron a cañonearla.
Mi brigada no había tenido colocación en la línea, y había sido colocada entre la primera y segunda líneas, organizada en dos columnas: una compuesta de los Batallones Morelos e Independencia, a mis inmediatas órdenes; y la otra formada de los Batallones Guerrero y Aguascatientes, que se me habían agregado en la nueva organización que se dio al Ejército en Puebla, después del 5 de mayo, y, cuya columna mandaba el Teniente Coronel Don Luis Mier y Terán. Después de un cañoneo muy vivo ejecutado por los franceses y contestado por nuestra artillería que estaba en línea de batalla, salieron dos columnas francesas sobre nuestra línea a paso de carga, y entonces se me ordenó por el Cuartel Maestre, General Don Santiago Tapia, que marchara también a paso de carga al encuentro de dichas columnas. Durante nuestra marcha, el fuego de artillería de los franceses sobre nuestra línea era divergente, y el de nuestra artillería, sin contestar el fuego de las baterías enemigas, hizo los suyos convergentes sobre las cabezas de las columnas enemigas que contramarcharon, antes de chocar con las nuestras; en seguida recibí orden de contramarchar también y ocupar uno de los claros que había en la primera línea en donde permanecimos hasta que anocheció.
Una vez entrada la noche, fueron recibiendo órdenes sucesivamente los Jefes de las Brigadas que formaban la primera y segunda línea para retirarse a la Hacienda de Tecamaluca, a donde el Cuartel Maestre estaba dando colocación en una nueva línea a los que llegaban. Se me ordenó que mi Brigada fuera la última que se retirara con la sección de artillería que estaba sobre la carretera y a mis órdenes. Después de media noche y cuando el movimiento. había sido enteramente ejecutado por todas las tropas, menos las de mi mando, y cuando la carretera toda estaba abandonada por las fuerzas que se retiraban, me retiré por escalones alternando con la columna puesta a las órdenes del Teniente Coronel Terán y las que formaban la mía, llegando sin novedad a Tecamaluca, donde pasamos todo el día siguiente.
Emprendimos en seguida la marcha para San Andrés Chalchicomula y permanecimos allí por varios meses, hasta que el Ejército francés se movió sobre Puebla.
En los primeros días del mes de junio de 1862, recibí órdenes de marchar a Jalapa con mi Brigada; y recibir allí el mando de la División que mandaba el General Don Ignacio de la Llave y el del Estado de Veracruz de que Llave era Gobernador, por haber sido él llamado a la vez por el General en Jefe del Ejército y el Presidente de la República. Transcurridos unos 40 o 50 días volvió el General Llave, y yo recibí orden de entregarle ambos mandos e incorporarme a la matriz de la primera División a que yo pertenecía, con la segunda Brigada que era la de mi mando, cuya marcha ejecuté sin novedad por la vía del Volcán, a San Andrés Chalchicomula, en donde estaba entonces el Cuartel General de la División.
Durante este período se había enfermado de tifo el General Zaragoza y conducido a Puebla, murió en esa ciudad el 8 de septiembre de 1862, siendo substituído en el mando del Ejército por el General Don Jesús González Ortega. (fuente Internet)
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